Der Einzug der neuen Medien und der vernünftige Einsatz des Internets sind in der schulischen Bildung nicht mehr wegzudenken. Dort, wo es mit gut durchdachten didaktischen Konzepten geschieht, ist dies durchaus eine sehr begrüßenswerte Tendenz. Bestes Beispiel dafür ist das Bildungsportal Biblioteca Escolar Digital, konzipiert und ins Leben gerufen von der Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Das Angebot versteht sich als…
…una herramienta didáctica para profesores, alumnos, padres, pedagogos e investigadores del mundo de la educación.
Von der Eingangsseite aus sind zwei nach Altersstufen gestaffelte Portale zu erreichen: die Biblioteca Escolar Digital de PRIMARIA (s. Abb. oben) und die Biblioteca Escolar Digital Infantil (s. Abb. links). Während der Einsatz der neuen Medien gerade für die zuletzt genannte Zielgruppe der Drei- bis Fünfjährigen meines Erachtens wirklich nur sehr dosiert vorgenommen werden sollte, zeichnet sich das erstgenannte Primaria-Portal durch einen altersgerechten Umgang mit dem Netz aus. Mit interessanten Informationen sowohl für die Lehrenden als auch für die Lernenden. Wenn Sie schon dazu übergegangen sind RSS-Feeds (Info) zu nutzen, empfehle ich Ihnen den Bezug der neuesten Nachrichten durch den Feed Noticias Primaria.
Dort stoßen Sie dann auf so sinnvolle Tipps wie die Mapa Web 2.0, den gelungenen Versuch einer Kartierung des von vielen als verwirrend empfundenen Wirrwarrs aus Mitmach-Diensten:
Die gut gruppierte Übersicht ist auf der Seite internality.com/web20 mit einer Creative Commons Lizenz (Info) zur freien Nachnutzung veröffentlicht worden und wird dort in verschiedenen Formaten zum Download angeboten. Etwa als PDF mit allen Links auf die aufgeführten Dienste, oder als Wiki: Mapa Web 2.0.
Wir werden das gut gemachte Bildungsportal jedenfalls in die Iberolinks
, den Fachinformationsführer der Virtuellen Fachbibliothek cibera, aufnehmen. Vielleicht schauen Sie sich die Biblioteca Escolar Digital ja einmal an.
[via Libro de Notas]




No voy a hablar del Almodóvar cineasta; voy a hablar del autor de un texto ficcional o metaficcional y al mismo tiempo autoreferencial. Se trata de Patty Diphusa (1983) donde se encuentran, se varían e incluso se aclaran varios motivos de sus primeros largometrajes, desde Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980) hasta Entre tinieblas (1983). El texto apareció, en varias entregas, en La luna, revista efímera de la movida madrileña, y está lleno de ambigüedades divertidas. Ya el título, que anuncia también el nombre de la protagonista y narradora, es “diphuso”, pues Patty se nos presenta como mujer y al mismo tiempo como ‘alter ego’ de un hombre llamado Pedro. Ya se sabe cómo le gusta a Almodóvar el juego de transgredir las delimitaciones de los sexos. Al mismo tiempo Patty Diphusa es una sátira contra la censura franquista que, hasta poco antes, había suprimido todavía cualquier exteriorización del deseo sexual, sobre todo en las mujeres. Pero también es Patty Diphusa un documento de la (hoy increíble) ligereza, con la que, en la euforia de la reciente liberación, se subestimaron entonces los peligros de la promiscuidad y del consumo de drogas. Al final, sin embargo, la narradora ya se va dando cuenta de que esta forma de movida no puede durar mucho, que después de la borrachera vendrá la resaca y que el pasarse de viejas reglas se convertirá, a su vez, en tediosa rutina si no se logran encontrar otras y nuevas. Pues los seres humanos están hechos de manera que, en ellos, no es menos grande el anhelo de estabilidad y duración que el de disfrutar de independencia y autonomía. Precisamente esto va a ser un tema constante en la producción posterior de Almodóvar.
Lo que al principio predomina en Patty Diphusa es una alegría, entre inocente y pueril, sobre el poder decirlo, por fin, todo y decir preferente – y casi exclusivamente – aquello que estaba prohibido por obsceno. Al leer este texto se acuerda uno también de su propia pubertad, cuando, en compañía de los amiguetes, proferíamos, en plena calle, obscenidades e incluso las plasmábamos sobre las paredes, sintiéndonos valientes y a la vez fascinados por el miedo a ser descubiertos y regañados. En efecto: el fenómeno de la movida, de la que Patty, en la ficción, al igual que Pedro, en la realidad, es en cierta manera la suma sacerdotisa, hace pensar en una especie de pubertad colectiva a la que por fin había llegado toda una nación después de haber sido liberada de un régimen que trataba de mantenerla en una eterna minoría de edad. En este sentido Patty Diphusa se muestra aún dominado por la censura. La exagerada desinhibición de la que, línea tras línea, hace alarde el texto, es aún un recuerdo de la inhibición censorial. Parece como si se bailara sobre los restos de un ídolo recién tirado de su pedestal. 

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