Der Nachlass der Autorin Carmen Laforet befindet sich seit kurzem in der Caja de las Letras des Instituto Cervantes. Bei einem Festakt würdigten sie Luis García Montero (Präsident des Instituto Cervantes), M.ª José Gálvez (Vertreterin des Kulturministeriums) und Elvira Lindo (Autorin) als eine zentrale Figur der spanischen Nachkriegsliteratur. Der Festakt kann hier nachgesehen werden:
García Montero weihte bereits zum hundertsten Geburtstag von Carmen Laforet (* 6.9.1921 in Barcelona, † 28.2.2004 in Madrid) das «Año Laforet» ein, das unter anderem eine Ausstellung und einen Kongress umfassen wird. Die Bedeutung von Laforet für die spanische Nachkriegsliteratur und in der Gesellschaft des Frankismus sei in diesem Artikel nur angerissen. Luis García Montero tut dies in seiner Rede wie folgt:
Es un punto de referencia fundamental en la narrativa española. Lo fue para los jóvenes de su generación y lo sigue siendo. (Twitter)
M.ª José Gálvez (Kulturministerium) hebt in ihrer Würdigung auf einen anderen Aspekt von Laforets Bedeutung ab, nämlich auf ihre Rolle als Frau im Frankismus:
Dio voz a las escritoras que surgieron de su impulso, practicó la sororidad antes de que se generalizara el termino, rompió esquemas caducos… Le debemos mucho como lectores, como mujeres y como sociedad. (Twitter)
Schließlich betont Elvira Lindo, selbst Schriftstellerin, Laforets Modernität:
«Vive en el presente»… «La impresión que me causó „Nada“ en su día, fue la misma que „El guardián entre el centeno“, una joven que se enfrenta a un mundo hostil, una experiencia de crecimiento, un clásico de la literatura. (Twitter)
Bei all diesen Verstrebungen der Autorin mit ihrer Zeit wird am Nachlass deutlich, dass Benito Pérez Galdós und auch Elena Fortún mit ihrer jeweils ganz eigenen Verortung in der Gesellschaft ihrer jeweiligen Zeit für Laforet eine besondere Rolle gespielt haben:
Cuatro libros, una carta manuscrita y un artículo componen su legado, guardado en la caja de seguridad número 693. Objetos todos ellos relacionados con dos autores a los que Carmen Laforet admiró profundamente: Benito Pérez Galdós y Elena Fortún.
Galdós fue «una especie de abuelo cariñoso y culto» para Laforet, recordó su hija Cristina. De él quedaron depositados tres volúmenes forrados en piel y muy usados de sus Obras Completas, así como un artículo manuscrito que la escritora dedicó al autor de los Episodios Nacionales.
En cuanto a Elena Fortún, la Caja de las Letras guarda desde hoy un ejemplar del libro La hermana de Celia que aquella dedicó a los hijos de Laforet, además de una carta original manuscrita que ésta redactó mientras escribía La isla de los demonios. (cervantes.es)
Portrait Carmen Laforet: Marina Romera. Die Abbildung steht unter der Lizenz CC BY-SA 4.0